lunes, 3 de noviembre de 2008

Duda existencial de inverosímil resolución

La humanidad ha progresado a lo largo del tiempo debido a la ancestral necesidad de resolver preguntas inherentes a su más profunda razón existencial. Sin ellas, el ser humano se hubiera quedado en una situación estática... ya que sin grandes dudas no hay investigación, sin investigación no hay descubrimiento, y sin descubrimiento no hay progreso. Esa es al menos mi posición tomada sobre el tema... puede ser acertada o no, pero es lo que creo fervientemente luego de años de analizarlo. Les pido que por favor me sigan en una pequeña argumentación tendiente a explicar mi punto.
Qué hubiera pasado si nuestros antepasados simiescos no hubieran intentado descubrir la forma de realizar sus tareas con menos esfuerzo y riesgo ¿hubieran notado que el fantástico dedo prensor les otorgaba la posibilidad de utilizar herramientas? También recordemos al Todopoderoso y su famosa ¿es bueno que el hombre esté solo? que dio lugar a tan maravilloso invento, marca registrada por Dios Incorporated.
Si los griegos y romanos no descreían de la sociedad como estaba organizada y de las leyes que la regían ¿hubieran intentado mejorarla dando lugar a la democracia y al derecho?
Y si la escolástica, el catolicismo y la escuela iconoclasta no se planteaban qué hay después de la muerte... ¿hubiera existido la religión como la conocemos hoy? Y ligado a esto último... se podrían haber preguntado posteriormente los incrédulos si ¿existe realmente Dios? dando lugar al Renacimiento y el comienzo de la civilización occidental...
¿Dónde creen que estaríamos hoy si Newton en lugar de investigar y descubrir el Principio de la Gravedad se hubiera comido la manzana sin más miramientos?
Existiría el ser humano como lo sabemos hoy si la filosofía moderna no se planteaba la durísima ¿quién soy en realidad?
Por otro lado, a la duda acaecida en las mentes de Smith, Ricardo, Marx, y otros estudiosos de la economía les debemos las reglas que tan gratamente nos explican los principios del sistema económico actual y el cómo debemos adaptarnos a ellos... ¿podríamos vivir en sociedades modernas si ellos no se preguntaban cómo funcionaba el capitalismo?
Imaginen la libertad sexual en el mundo si nunca ningún niño hubiera disparado el contundente ¿de dónde vienen los bebes?
Y para terminar... si los científicos actuales no dedicaran sus días a responder la metafórica pregunta que plantea cómo hacer la vida del ser humano más fácil... ¿contaríamos con esos indispensables inventos como la matera eléctrica, los ascensores inteligentes, la Internet, el chicle de cerdo o el consolador de doble entrada?
Demostrado mi punto, por lo menos ante mis ojos, pasemos al tema que realmente me aboca hoy (si gente... recién ahora comienzo el post, el resto era como el juego previo anterior al sexo).
En la actualidad nos enfrentamos a la mayor duda existencial de todas, la más difícil de resolver por lejos... al punto de llegar a convencerse muchos sobre la imposibilidad de hallar su respuesta. Créanme que su sola tesis supera todas las reglas por la humanidad conocidas. Y no es para menos, ya que a la imposibilidad científico-filosófica de encontrar su respuesta se le agrega el temor generalizado que produce el realizar experimentos para responderla. Es que ni la física, ni la astronomía, ni la filosofía, ni la hermenéutica, ni ninguna otra rama del saber están preparadas para encarar un avance humano de tales magnitudes... aun estamos en pañales ante dudas existencial de tal calibre.
El problema es este... sabemos gracias a la ciencia animatológica que los gatos caen siempre de pie... y gracias a los conocimientos de la ciencia desayunística podemos afirmar que los panes tienen la manía de ensuciar el piso. Entonces la cosa es así:
¿Qué pasaría si le atamos una tostada con mermelada de arándanos en la espalda a un gato y lo tiramos hacia arriba?
Es claro que ninguna de las dos propuestas anteriores podría darse, ya que ambas fuerzas se contraponen con igual intensidad... he ahí el verdadero dilema.
Hay cuatro teorías que dominan el tema en estos días: la primera (a la que podríamos llamar Teoría de la No Teoría) plantea que tan sólo caerán de canto como una moneda muy gruesa; la segunda (denominada por los suecos como Teoría del Caos) nos dice que se abrirá una puerta a otra dimensión en el momento en que nuestro aberrante ser llegue a su punto máximo de altura y comience a caer; la tercera (conocida por los filósofos como Nueva Teoría del Eterno Retorno) asegura que se creará un vortex espacio-tiempo muy similar al que se hubiera producido si Marty McFly se cruzaba con su yo del pasado en Volver al Futuro II; la última, y por lejos la más temible de todas (la que los franceses han dado a conocer como Teoría del Juicio Final), nos asegura que en el preciso instante en que la amorfa creación toque el piso se disparará la última de las llaves que dará lugar a la venida de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis al mundo.
Así que ya saben muchac@s... no jodan con esto en sus casas... dejen el tema en manos expertas y dedíquense a sus asuntos. No sea cosa que terminen arrepintiéndose como Homero cuando no vacunó su computadora contra el virus 2000. Si quieren poner en riesgo su vida, es preferible que hagan cosas que sólo los afecten a ustedes como... comer sandia con vino, gritar “Chaca se la come” en San Martín, decirle a una mina que su madre los arropa diciendo “nadie te querrá como mami” o intentar mirar un día completo de la programación de Canal 9.