jueves, 16 de septiembre de 2010

De machaques y ginebras

Soledad sin compañía
Noches oscuras
Solitarias
De esas en que el silencio
Vuelve loco con su ruido
Ruido de silencio desbordante
Rompe los tímpanos
Con su sonido callado
Terrible, grato
Es una compañía al menos
Pero duele
Duele el silencio
Duele su silencio
Y la compañía
También duele
Ya no la deseo
La compañía
Si el sonido del silencio
Pero prefiero
Otro silencio
El silencio de su voz
Su silencio
Y más si está conmigo
Si estuviera
Ojala algún día
Conmigo
Callada
Se volviera compañía
Hoy es silencio
Ruidoso silencio
Duele mucho
La ausencia
Su ausencia
Su silencio
Solitario silencio
Pero uno está acostumbrado
A que duela
Siempre duele
Como antes, como siempre
Cada vez duele menos
Porque duele lo mismo
Pero hoy no
Hoy duele nuevo
Es un dolor distinto
De otro nombre
Sabor nuevo en el hígado
Desconocido
Estable
Feo pero divertido
Se mezcla con la ginebra
Para no extrañar el futuro
El pasado no existe
Ya no existe
Está en el cementerio
Difícil extrañar
Una compañía futura
Que nunca existió
Ni desea existir
Hermoso fantasma
Que sólo quiere
Ser silencio
Sin explicaciones
Sólo escucha el silencio
Ni los gritos
Lo conmueven
Ni el amor en los ojos
Ceguera de odio
Que lo ciega
Al fantasma
Nubla todo
Que la ciega de odio
A la compañía
Sólo nos ve el silencio
El dolor del corazón
Y sacando su estilete
Se convierte en asesina
Matando lo que no fue
Mata cruel
Asesina con cariño
Con malicia en los ojos
Nublados de odio
Llenos de amor y muerte
Asesina con amor
No le importa ser cruel
Ni generar dolor
Otro dolor nuevo
Conocido pero nuevo
Cada vez es igual
Cada vez es la primera
Pero mata por amor
Por no salir lastimada
Mata hermosa
Mirando mientras lo hace
Se esconde sin mirar
Pero sabe lo que hace
Lo hace con pericia
Ya no mira
Sabe que mató
Es certera
Otra vez silencio
Ya no hay ruido
Sólo duele la herida
Silencio en la herida
Dolor en su mirada
Que no mira
Sólo mata
Certera y asesina
Mata con silencio
Hay fuego en su mirada
Ve caer el cuerpo herido
Acallando el silencio
De la calle ruidosa
Lo ve caer de rodillas
Moribundo
Ya no hay nada
Sólo ruido
Que mata las energías
Sólo el ruido del silencio
Pesa su mirada en la espalda
Aunque no mira
Encorva el cuerpo hasta caer al piso
Hasta volverlo cadáver
Con su mirada que no mira
Cuerpo sin vida
A los pies de su asesina
Que lo domina en silencio
Recién ahí lo mira
Observa su obra
El cadáver ya sin vida
Sonríe, ahora es libre
Sonríe aliviada
Porque ya no hay dolor
Ya no hay silencio
Ya no hay compañía
Ni otra oportunidad
Y mientras sonríe
Escucha "gracias"
Ya que al menos al matarme
Me brindó su compañía
Y estuvo conmigo