miércoles, 4 de julio de 2012

vivimos en un mundo donde ya nadie escucha


truchas católicas...
donde sea que miro,
veo truchas católicas...
me culpan, se ofenden,
me desfalcan la mirada,
en su ira interdotada
de infrahumanos sin pasión...
malditas truchas,
están por todos lados
inundando corazones
y matando sueños,
hediondos peces insoportables
llenos de culpa
y qué pasó,
nadando en sus charcas
de agua bendita
lágrimas señor
y monaguillos,
las truchas católicas...
son jueces de la verdad,
llenas de reglas
y mandamientos fugaces,
que desprecian las preguntas
destruyendo sinrazón,
se jactan de su saber
de vieja usanza emanado,
saberes de pescados moribundos
acostumbrados a su humanidad
de aceptar imperamentos
que obligaron a sus padres...
sean teas o ateas sean,
religiosas agnósticas
idolatran a su cruz,
iconoclastas, leales a sus dioses,
apedrean lo distinto
pues le temen con pavor,
dan consejos, cuentan recetas, suman,
como forma de acercar
a su vientre,
las truchas católicas...
hablan de la bondad
y discursean sobre el bien,
pero cuando las papas queman
nada saben del amor ni conocen del amor,
pues desprecian la libertad
y no se animan a sentir
ni el más mínimo cariño,
pero exigen que se las adore
creyendo palabras huecas,
las truchas católicas...
egoístas pajarracas egoístas,
creen que el mundo acaba en ellas
y no charlan de nada más
que de sus vidas grises,
las truchas católicas,
invocando desventuras
desoídas sin orejas,
dan excusas para olvidar todo aquello
que exponga su mundo y cobardía,
pues cobardes de vivir
temen vivir su vida...
y las lágrimas impuras,
fértil llanto
de un humano detractor,
inteligente al pedo
pues no sirve para nada,
anegan de mares y ríos y peceras
a este mundo apescadado,
luchando contra las aspas, viviendo gasolina,
tratan de conmover
a un pescado impersonal,
antes que rendirse a asumir
que Gólgota se comió al hombre...
grita y patalea y ruega y pide,
el pobre tipo detractor,
pero nadie lo escucha
ni se convoca a su súplica,
pues las truchas hacen sordas
rechazando su bautismo
hecho con llanto verdadero,
el de niño arrepentido
que teme dormir de noche
a oscuras
y lejos del amor colcha,
aunque sea de las truchas
sólo quiere un corazón...
termina siendo patético,
vil humano pecador,
que nada sabe de reglas ni hastíos
queriendo vivir su cosmos,
extrañando a algún pescado
que le bese los ojos...
termina siendo patético,
el idiota descarado,
me produce tanta lástima
que lo cagaría a cachetazos
mientras me miro al espejo
pues el tarado soy yo,
y no importa cuánto gima o llore
las truchas siguen inescuchas
hablándome de miserias,
rechazando mi cariño,
empantanando discursos
en su sentir adaptado y sin luz...
elijo a una puntual
y le digo, pececito
dejate querer que nada
tenés que perder conmigo,
acá está mi corazón
y nada te pido a cambio,
sólo que lo cuides sin romperlo
pues tengo uno
y ya tiene muchas heridas,
pero en vuelta de recibo
hay vacío, huida, opaco, crueldad...
desesperado la invoco a ella,
a mi bruja milagrosa
que me lleva al infierno
para dejar de morir,
para sentir su calor
que nada nos pide a cambio
más que el alma
putrefacta
de humano inadaptado,
que no sabe de pescados
pero si de amor y libertad...
y el tiempo pasa y Birutia que no viene,
el maná maná del oso libertario
que no aparece,
encerrándome en un circo
de soledad y silencio...
ya ni Birutia, que siempre,
que nunca nunca,
pero ella ni ya,
se la deben haber comido las truchas
a mi amiga Birutia amada,
las truchas católicas...
y de pronto me pregunto,
será la llave esa qué,
la ginebra qué será
de los andenes y los montes,
la que abra las ventanas;
o mejor ese viaje loco que no daré
pero salgo dando,
este finde, el anterior,
pero que está en mi futuro...
qué sé yo, pececitos,
a mí no me pregunten,
sólo soy el que atiende la caja,
la caja con cambio por favor...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo te falta la fé y no me refiero a una religión sino a ti mismo. Esa fé sin razón lógica ni palabras perfectas, solo ese sentimiento te falta